las noches se llaman entre sí como los insectos clámide de tu piel cada mañana y decía que si apareciésemos como un retrato en la pared del ogro que ha de beber nuestra sangre de niños o un vestigio de esperanza así dibujados en la claridad de una gota sobre la ventana no sabríamos con qué quedarnos
si sólo veo doce días de lluvia en tu boca y todas las bocas revientan con la miel.
es el orgullo de la estrella última. el bramar de las profundidades.
a partir de ti
siempre se muere la noche.
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