en días de hambre el ser solo devora tristes réplicas de sí mismo
en mitades de doce horas reinciden y se coagulan los cachorros de piel blanca
fotografiados en un instante de nieve mientras saltan hacia la muerte
se observa alegría infinita en los ojos negros de los animales
regocijo en los excéntricos labios de los admiradores
una fina hoja que destripa el aire
un resentimiento sobre el cuerpo de la
flor
en años de plegarias el ser solo
solamente sabe escaparse
recordando este momento
.
2 comentarios:
precioso.
gracias, ruth.
un abrazo.
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